El objetivo de toda herramienta de gestión de personas es que su aplicación sirva para obtener un resultado concreto. En el caso de la encuesta de clima laboral, esta afirmación no puede ser más certera.
Sin embargo, es común que al momento de contar con toda esa data en tus manos tengas dudas sobré qué hacer con ella. En este blog te explicamos cómo aplicar los resultados que ofrece este instrumento de medición.
Cuando aplicas una encuesta de clima laboral obtienes una cantidad de información que te da las claves para generar estrategias que mejoren la percepción de tus colaboradores respecto de la empresa.
Según expertos en lo que se refiere a la gestión del talento, un instrumento de este tipo, bien diseñado e implementado, debe permitir medir 3 aspectos:
Sin embargo, su aplicación y uso también representa un gran desafío: ¿Cómo descifrar y utilizar esa data a tu favor?
Dejemos que los números hablen.
Según la plataforma de gestión de clientes CRM Salesforce, los trabajadores que se sienten escuchados por su empresa se sienten 4.6 veces más estimulados para ofrecer lo mejor de sí en su desempeño.
La encuesta de clima es una manera de escuchar lo que los colaboradores tienen que decir.
Sin embargo, para que un sondeo de este tipo funcione es importante que la información se convierta en acción. No obstante, esto es menos común de lo que se cree. Según los datos ofrecidos por el portal Office Vibe, 52% de los jefes revisan las encuestas, pero no entablan acción alguna.
Entonces, digamos que esta herramienta funciona en la medida en que la data que genera es usada en la práctica.
Dado que la dirección de la empresa hará uso final de los resultados de esta medición, tanto la calidad como la claridad de la información ofrecida son igualmente relevantes.
El diseño y aplicación de las estrategias más adecuadas para mejorar el desempeño de la compañía sobre la base de esta información debe considerar estos 5 aspectos:
Una buena encuesta debe cumplir con un nivel de calidad para que sus resultados sean confiables.
Por ejemplo, las preguntas deben dar espacio a la diferencia de opiniones, pues cuando todos están de acuerdo con algo significa que ese conocimiento ya es obvio y no se necesita una encuesta para descubrirlo.
La visualización es clave para comunicar los resultados de la encuesta. El lenguaje empleado y el diseño deben permitir descubrir el panorama de la organización desde lo general a lo particular.
¿Cómo presentar los resultados, independientemente de si son negativos o positivos? Esta es una preocupación para quienes elaboran y aplican estas encuestas. Por ende, la comunicación tiene que ser ágil y práctica.
El mensaje también debe ser transparente, directo y franco. La sinceridad incrementa la confianza y el compromiso entre los miembros de equipo, afirma la consultora de gestión de personas ABComunicaciones.
El reporte debe ser comunicado de tal manera que el líder de la empresa pueda obtener, de un solo vistazo, el panorama general de la organización.
Además, la narrativa debe permitir que el interés generado se mantenga, ayude a relacionar una información con otra y ponga los indicadores a la mano, para que la dirección genere conocimiento nuevo.
Esto es posible cuando la comunicación invita a la jefatura a seguir indagando, a seguir haciendo preguntas que encuentren respuestas con la data obtenida.
Son el objetivo final. A través de estas estrategias se determina qué se hace con los resultados y en qué nivel. A su vez, los resultados ofrecidos por los planes de acción tienen que ser medibles.
Al aplicarlos, establece un periodo de realización y dale seguimiento, ya que el principal enemigo en una encuesta es el olvido.
Si no realizas acciones después de aplicar una encuesta de clima laboral, podría surgir entre los colaboradores la sensación de que estos cuestionarios solo les hacen perder el tiempo.
Afortunadamente, hoy es posible automatizar el seguimiento de los planes de acción a través de software de gestión de personal especialmente diseñados para ello.
La eficacia de una encuesta de clima laboral está en su capacidad de ofrecer información para generar acción.
Es gracias a la calidad de la data y a su efectiva comunicación que es posible establecer criterios para diseñar y aplicar los planes de acción adecuados.