La cultura organizacional es el ADN de la empresa. Este conjunto de creencias y valores compartidos por el liderazgo y los colaboradores influye, en parte, en el éxito o el fracaso del negocio.
En la actualidad las culturas están pasando por un cambio estructural producto de la transformación tecnológica de las empresas.
Su generación ya no es espontánea. Hoy, las organizaciones crean sus culturas conscientemente. Son diseñadas hasta el más mínimo detalle. Y viven de la información.
Se les denominan culturas organizacionales basadas en conocimiento y funcionan como verdaderos repositorios de toda la data que genera el negocio. Desde la producción del bien o servicio hasta datos de los colaboradores recopilados en las evaluaciones de desempeño, toda información es valiosa.
Las razones que la hacen más exitosa y duradera que otros tipos de culturas organizacionales son las siguientes:
Una cultura organizacional que fomenta un conocimiento acabado e integral de toda la información asociada a la empresa, permite al liderazgo conocer en profundidad cómo funciona la gestión operativa, financiera, de recursos humanos, capital humano y el riesgo del negocio.
Al haber un mejor entendimiento de cómo opera la empresa, sus fortalezas y debilidades, oportunidades y amenazas, la plana mayor del negocio puede enfocarse en mejorar las falencias del negocio, potenciar las buenas prácticas de la gestión y traspasar el conocimiento hacia otras áreas de la empresa.
No obstante, esta autoconciencia también funciona en la base de la empresa, con colaboradores y encargados de área, entregando retroalimentación con base en el conocimiento generado, que fluye hacia los liderazgos.
Todo esto se traduce en empresas más productivas y procesos de ventas eficientes, según explica Synergic Partners.
Al haber una mayor autoconciencia de cómo funciona el negocio y por qué, tanto el liderazgo como la plana de trabajadores de la empresa aprecia más la información de calidad.
Esto conlleva una mejora continua de la calidad de los datos de la empresa, incluyendo:
Gracias al valor que se le da al conocimiento, los líderes y colaboradores de la empresa están al tanto de todo el devenir del negocio.
Al haber un reconocimiento y gestión de la información que se genera en el ambiente interno de la organización, se reducen o eliminan los errores, redundancias e inconsistencias que surgen por el tradicional aislamiento y fragmentación de las áreas de trabajo, los famosos silos laborales.
Esta actualización permite a los tomadores de decisión adoptar acciones pertinentes y efectivas para la organización. Asimismo, empodera a los colaboradores a negociar beneficios laborales acordes con la realidad financiera de la empresa.
En las culturas organizacionales que valoran el conocimiento, existe uno o más sponsor o auspiciador de datos que determina los objetivos de la gestión de información interna, y cómo estos se alinean con la estrategia corporativa.
Con esto se evita el traslape de información y roles, y el traspaso de responsabilidades; sin un papel claro, se convierte en el “problema de alguien más”.
Estos auspiciadores o agentes promotores conocen bien el negocio y sus procesos internos, y manejan con perspectiva la gestión de la empresa, la cultura organizacional, los recursos humanos, y las políticas y normas útiles para capturar, almacenar y difundir estos datos.
Es difícil controlar y gestionar una cultura organizacional que emerge de forma espontánea e improvisada.
En tanto, una cultura laboral basada en el conocimiento construye desde sus inicios, y en forma paralela, los reglamentos y normativas internas que la regirán.
Manejar datos y mejorar la calidad de estos para que aporten a los objetivos de la empresa, son procesos que requieren de constante monitoreo, ajustes y cambios. Requieren, entonces, de políticas y planes específicos y claros, fáciles de seguir.
Ante la falta de un plan de gobernabilidad de los datos internos de la empresa, no hay conexión entre una información u otra, se desalinean personas, prácticas y procesos, y el uso de tecnologías para procesar estos datos se vuelve redundante.
Tu empresa también queda vulnerable a errores de gestión, intereses creados y amenazas externas.
La empresa implementa soluciones tecnológicas de gestión de datos funcionales para el negocio completo, no una división o departamento en específico.
Todas las áreas contribuyen a la selección de tecnologías con su expertise; desde la asesoría técnica del departamento de TI hasta el área de operaciones para la confección del contrato y el área legal para su firma y validación.
Estas soluciones tecnológicas de gestión de información deberán:
Una cultura organizacional basada en el conocimiento valoriza la información que genera el negocio durante todo su ciclo de vida.
La gestión de estos datos es el centro de atención de la empresa. Sus líderes y colaboradores ocupan esta información para realizar sus tareas, mejorar procesos y potenciar la productividad y clima laboral interno.
El conocimiento es considerado un fin en sí; mientras mejor sea la calidad de la información que se genere y ocupe, mejor empresa será y tendrá una cultura más robusta que se ha generado en relación con el autoconocimiento organizacional.