En la primera parte de este blog abordamos qué es el clima laboral, qué factores lo definen y por qué debes medirlo para conocerlo.
Ahora te explicamos cómo ajustarlo, diseñarlo o formarlo según las necesidades de tu empresa.
Para eso, debes preguntarte:
Hay muchas buenas prácticas y técnicas para fomentar un ambiente de trabajo positivo, rendidor y saludable para tus trabajadores.
Están las estéticas, como mejorar el espacio de oficina, hasta las más complejas, como instalar programas de bienestar laboral a cargo del área de Recursos Humanos.
Otros ejemplos son, desde los más simples hasta los más complejos:
Al igual que con los síntomas de un resfrío o una plaga que afecta el jardín, debes cortar de raíz aquellos factores que desmotivan a tus colaboradores.
Mientras más sencillas y reales sean las acciones para subsanar estos vacíos y errores, más cómodos se sentirán tus trabajadores; ellos resentirán los actos rimbombantes sin sustancia, que terminan siendo sólo ruido y no acaban con el problema de base.
Ejemplo 1: si pensabas sacar la máquina de café o el bidón de agua, para recortar costos, evalúa primero si este simple servicio rinde más de lo que ofrece. Quizás tus trabajadores ocupan estos 5 o 10 minutos de tiempo para conversar entre ellos, descansar un rato del trabajo y ponerse al día con lo que le pasa al resto del equipo.
¿Qué pasaría con el clima si lo sacas?
Ejemplo 2: si hay malos líderes o trabajadores tóxicos en la empresa, evalúa su continuidad o reubicarlos en otra sección sin gente a cargo hasta que puedas tomar una decisión informada.
Finalmente, la prioridad es que todos tus trabajadores estén cómodos, no solo algunos.
Genera instancias de desarrollo de relaciones dentro del equipo de trabajo. Por ejemplo, motiva a tus colaboradores a almorzar juntos fuera de la oficina una vez al mes, o bien genera instancias de complicidad sana, como algún juego o instancia que les permita expresar su opinión en grupo.
Clarifica bien los roles y motiva a los miembros de tu equipo a apoyar a otros, mediante reuniones periódicas en las que actualicen sobre lo que está haciendo cada uno.
Cuando cada miembro del equipo entiende lo que el resto hace, entonces tienen una visión completa de los objetivos que pueden alcanzar y de los resultados posibles.
A veces, mientras más simple, mejor. Tus colaboradores agradecerán un breve encuentro con un café o té en la mano todas las mañanas, antes de empezar la jornada laboral.
Si estás a cargo de un equipo de trabajo o tienes una jefatura, tu influencia en sus niveles de satisfacción es mayor que cualquier otro factor; más que la alta dirección, sueldos o beneficios, según explican los investigadores Marcus Buckingham y Curt Coffman en su libro “Primero, Rompe Todas Las Reglas” publicado por el grupo de encuestas Gallup.
En simple: si eres mal líder no esperes un buen ambiente de trabajo.
De acuerdo con estos expertos, mientras más revolucionarios o menos encasillados sean los líderes, mejor.
Es decir, a mayor flexibilidad e inteligencia emocional, más fácil para ellos relacionarse con sus equipos; detectar ambientes, personas, o prácticas negativas; solucionar problemas rápidamente; y, contratar el talento que la empresa necesita.
Puedes construir clima laboral y mejorar el desempeño desde el liderazgo con las siguientes prácticas:
Una encuesta de clima puede medir este conocimiento a cabalidad, pero para que respondan bien necesitas reforzar su conocimiento.
Determina una fecha y hora en que todo el equipo de trabajo pueda participar para explicarles por qué la empresa hace lo que hace. Sácale provecho a la jornada de inducción para los nuevos colaboradores y haz que participen los más veteranos.
Si falta tiempo para reuniones, apela al diseño de afiches, e-mails y recordatorios visuales.
Tus trabajadores agradecerán las tarjetas de regalo, aguinaldos, espacios para el café y un horario flexible.
Pero eso no bastará para mejorar el clima laboral.
Ya que pasan gran parte de su día en la empresa, hazlos sentir en casa.
Comienza eliminando las barreras comunicacionales y el miedo a expresar su opinión.
Tus colaboradores quieren comentar y solucionar muchos problemas que observan en el trabajo, pero a veces prefieren callar antes de enfrentar represalias.
También tienen sugerencias e ideas buenas para mejorar cómo funciona el negocio. Sin embargo, no todos los líderes están dispuestos a escucharlos. Ofréceles un espacio cómodo, privado y personalizado para que puedan expresarse libremente.
Asimismo, apóyalos emocionalmente. Muchos colaboradores no logran separar su vida personal y la del trabajo, y llevan sus problemas personales a la oficina, y esto impacta en su desempeño.
No los ignores; quizás no puedas resolver su conflicto, pero una conversación amena para evaluar su problema les permitirá tranquilizarse y así buscar una solución con la mente despejada.
Asimismo, trabaja junto con el área de Recursos Humanos de la empresa para generar programas de asistencia adecuados a tus colaboradores.
Si la organización decide cambiar o construir clima laboral, debe comenzar por sus líderes.
Los niveles de satisfacción de los colaboradores es proporcional al compromiso de sus empleadores.
Y son los líderes quienes gestionan este compromiso.
Cambios en el liderazgo en pos de trabajadores más involucrados y motivados conllevan desafíos y riesgos. Requerirán un cambio de hábito en la gestión y trato que éstos dan a sus trabajadores.
Un buen líder aceptará el desafío, no obstante...
Iniciativas tan sencillas y estéticas como oficinas más cómodas y áreas de distensión hasta más complejas, como programas de ayuda a trabajadores, reuniones periódicas y evaluaciones de clima, apoyarán los esfuerzos de los líderes para mejorar el ambiente laboral.