Encuesta: “Reimagining the office and work life after COVID-19”.
McKinsey (2020)
Aunque esas cifras corresponden al año de mayor impacto de la pandemia mundial, siguen siendo significativas para entender los resultados que arrojó el teletrabajo como el cambio laboral más grande desde la revolución industrial.
Es poco probable que esos niveles de satisfacción y productividad hayan variado significativamente, ya que son muchas las organizaciones que siguen priorizando el trabajo remoto o han aplicado modelos híbridos que mezclan el home office con lo presencial.
¿Por qué toda esta introducción? Para demostrar que el teletrabajo es una modalidad que llegó para quedarse en el marco de los cambios que han vivido las empresas.
Ahora el tema no solo es cuán productivo y funcional es el trabajo remoto, sino que más se puede hacer con el fin de mejorar las condiciones en las cuales los colaboradores cumplen con sus tareas, a fin de incidir positivamente en su bienestar. Como resultado de esta transformación surgió el Smart Working.
¿Qué es el Smart Working? Prepárate para conocer de qué se trata y cuáles son sus ventajas.
Aunque parezca que el teletrabajo y el Smart Working son lo mismo, en realidad no lo son en un 100%. A pesar de que ambos modelos comparten que las personas cumplen con sus tareas desde el hogar, en el fondo cambia el cómo lo hacen y por eso es pertinente revisar dos definiciones de Smart Working.
Comencemos con el aporte del Banco Santander:
“Se trata de un nuevo enfoque laboral donde tienes la libertad de establecer cómo, cuándo y dónde llevas a cabo tus tareas, siempre y cuando cumplas con las metas previstas. Es decir, este modelo está basado en una metodología de gestión por objetivos y requiere de una relación de confianza entre la compañía y el empleado”.
Agrega esta prestigiosa institución financiera española, que el Smart Working le confiere a los colaboradores plena autonomía como profesionales, ya que tienen la potestad de diseñar su propio plan de ejecución y sin la necesidad de seguir un horario tradicional, así como tampoco la obligatoriedad de acudir a la oficina.
Por otro lado, EY (Ernst & Young) lo define como:
“El trabajo inteligente es un conjunto de prácticas que añaden mayor flexibilidad a los métodos de trabajo a través de soluciones innovadoras. La ubicación flexible, el horario, las horas trabajadas y la responsabilidad compartida son algunos de los indicadores del trabajo inteligente”.
Inclusive esta firma global de servicios profesionales afirma que: “El Smart Working proporciona a los empleados las herramientas, la cultura, el liderazgo, los espacios de trabajo y la tecnología para ayudarlos a elegir cuándo, dónde y cómo hacen su trabajo. Es probable que los empleados que sienten que controlan las variables de su mundo laboral tengan un mayor compromiso para mejorar los resultados de la empresa”.
El Banco Santander aporta una serie de ventajas de esta modalidad de trabajo para los colaboradores:
Ahora revisemos las ventajas del Smart Working para las organizaciones:
Para entender el contexto, en nuestro “Estudio 2022 sobre satisfacción salarial en LatAm” medimos que tan arraigado está el trabajo remoto o híbrido en las empresas del continente.
Revisemos la información recopilada:
Al detallar los resultados por país en cuanto a la opción de que es parte del modelo laboral de la compañía, tenemos que aparecen Perú (38.9%), Chile (38.6%), México (31%), el grupo de otros países Latam (29.9%) y Colombia (27.4%).
Estos resultados dan fe del valor que el teletrabajo y/o híbrido tiene en la actualidad en las organizaciones, luego del cambio en los paradigmas que existían sobre la obligatoriedad de trabajar en las oficinas.
A pesar de que el Smart Working plantea un escenario casi que idílico para colaboradores y empresas, en la realidad debe existir un contrapeso que permita medir la eficiencia y productividad del trabajo de las personas.
En Rankmi creemos que los líderes pueden hacer un seguimiento, real y no invasivo, siguiendo estos cinco prácticos consejos:
En conclusión, el trabajo remoto llegó para quedarse en la mayoría de las empresas, que tuvieron que adelantar cambios no solo rápidos, sino que en algunos casos hasta disruptivos cómo, por ejemplo, el Smart Working.