La letra “S” de la metodología SMART, es una de las más importantes y se refiere a que los objetivos a trabajar tienen que tener la cualidad de ser “Específicos” (Specific en inglés).
Para comenzar el proceso de construcción de objetivos específicos, es necesario plantearse: ¿Qué quieres saber exactamente?.
Tus objetivos deben ser los más específicos y detallados que puedas. Tu cerebro debe entender sin ningún tipo de ambigüedad qué es lo que quieres conseguir, de otra manera te será difícil saber dónde focalizar tus esfuerzos y motivarte a lograrlos.
Para empezar a hacerlo es necesario detallar ciertos parámetros que concreten y refuercen el objetivo principal, contestando estas 5 preguntas:
Te recomendamos que estos límites de tiempo también los utilices para marcar hitos temporales a lo largo del objetivo. Es decir, si el objetivo es a un año vista, no estaría de más que cada mes fueras viendo su progresión, chequeando cómo va el estado de avance y si los resultados son o no los esperados para esa fecha.
Antes de formular un objetivo smart, debemos preguntarnos:
En la definición de objetivos es esencial detallar y tener la máxima claridad posible, por lo que te recomendamos plantear subobjetivos que concreten y refuercen el objetivo principal, asegurándote de que cada uno de ellos contenga una acción determinada. Un ejemplo de esto sería:
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