En el mundo laboral hay de todo: tenemos colaboradores más “tradicionales” que prefieren siempre la vida en la oficina, y existen otros que prefieren o necesitan trabajar desde casa.
Gracias a los avances de la tecnología (trabajo en la nube, procesos colaborativos, comunicación en tiempo real, monitoreo en línea, etc.), ambos pueden ser parte de un ecosistema de trabajo que prioriza altos estándares de performance.
Sin embargo, cuando las condiciones obligan, como es el caso de la pandemia por el coronavirus COVID-19, muchas empresas han tenido que implementar trabajo remoto como solución salva-vidas para mantener la continuidad operativa del negocio, incluso sin haber tenido experiencias previas o validadas con este tipo de iniciativas flexibles.
Esta crisis no tuvo tiempo de preparación, solo de reacción. Desde todas partes del mundo se están haciendo esfuerzos para resguardar la salud y la integridad de las personas, mientras se trata de mantener la actividad en el mercado.
Esta puede ser la realidad de muchos hoy, y al parecer si está dando buenos resultados para las empresas, pero ¿las personas estaban preparadas? Si es tu primera vez utilizando este modo de trabajo, te advierto que la carga laboral es la misma, y que el cambio de ambiente sí podría afectar tu rendimiento, a menos que te prepares como corresponde.
Si necesitas información adicional sobre cómo traspasar tu empresa a un modo home office, te recomendamos leer nuestra guía para tener una migración exitosa:
La falta de un espacio físico de trabajo o la ausencia de relacionamiento presencial con el equipo, pueden impactar significativamente en tu engagement, en tu productividad, e incluso en el clima y la cultura de la organización.
Para que esto no ocurra, debemos aprovechar la tecnología, concentrarnos en nuestras habilidades y preparar nuestro hogar para transformarlo en la oficina temporal.
Y por sobre todo, no subestimes este cambio. De acuerdo a un estudio realizado por Buffer, un 19% de los colaboradores remotos tiene problemas lidiando con la soledad. Este es un indicador potente que nos ayuda a pensar que lo más importante es mantener la salud de los colaboradores y apoyarlos en sus momentos más difíciles:
De acuerdo a un estudio realizado por la University College of London, formar un hábito, como salir a correr o comer frutas, toma 66 días en promedio. Cambiar de la vida de oficina al trabajo remoto puede ser difícil de sobrellevar, siendo un cambio adaptativo importante en tu rutina. No te frustres, y ¡entiende que es un proceso que lleva tiempo!
Si tienes colaboradores nuevos, trata de instalarlos lo más rápido posible dentro de los procesos y la realización de sus responsabilidades.
A los colaboradores antiguos que viven por primera vez la experiencia del trabajo remoto, también puedes hacerlos parte de este proceso, entrégales herramientas que les permitan enfrentar esta experiencia lo más cómoda posible, en términos de comunicación y eficiencia, así reforzarán procesos, valores corporativos y de paso los harás sentir parte fundamental de tu organización.
Que no estén en el mismo lugar físico, no significa que no deban comunicarse. Las empresas trabajan con distintas plataformas que permiten la colaboración entre usuarios, como chats internos o emails. La base del trabajo en equipo es la comunicación, y esta no debe ser un problema durante el trabajo remoto.
Si cuentas con un canal interno, mantente disponible y comunica los espacios de ausencia (almorzando, en reunión, ausente, etc) así, no impactarás ni entorpecerás los procesos de otros miembros del equipo.
Si te interesa conocer una perspectiva más profunda sobre el trabajo remoto y el rol de los lideres de HR en estos momentos de crisis, te invitamos a inscribirte en nuestro próximo Webinar gratuito: “Eficacia, Flexibilidad y Performance: El rol de la Gestión de Personas en tiempos de Coronavirus”, donde discutiremos acerca de la importancia de contar con una estrategia de RRHH centrada en las personas en periodos de crisis.