La Inteligencia Artificial (IA) es una tecnología disruptiva que tiene el potencial de transformar la forma en que funcionan las empresas, ya que sirve para mejorar su eficiencia, productividad y rentabilidad.
En este artículo, analizaremos cómo las empresas logran adaptarse a los “superpoderes” de la IA en diversas aplicaciones para impulsar su éxito.
La definición de Inteligencia Artificial tiene su origen en las ideas del matemático británico Alan Turing, quien planteó la pregunta fundamental: “¿Pueden las máquinas pensar?”. El también informático, presentó esta duda en su artículo “Computing Machinery and Intelligence” en el año 1950, y más adelante desarrolló la Prueba de Turing.
Esta prueba, también conocida como el Test de Turing, representa un enfoque para evaluar la habilidad de una máquina en tener un comportamiento inteligente que se parezca o sea difícil de diferenciar al de una persona. Estos hitos señalaron el objetivo esencial y la visión de la Inteligencia Artificial.
En tiempos recientes, Jeremy Achin, el fundador de DataRobot —la compañía unicornio de IA—, en su discurso durante Japan AI Experience en 2017, introdujo una definición en la que explica muy bien la manera en que se emplea la Inteligencia Artificial en tiempos recientes:
“La IA es un sistema informático capaz de realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana… Muchos de estos sistemas de Inteligencia Artificial funcionan con aprendizaje automático, algunos con aprendizaje profundo y algunos con cosas muy aburridas como reglas”.
Este concepto, aunque es más informal, también es preciso. Puesto que reconoce que la IA es un campo amplio de la informática que abarca una variedad de técnicas y enfoques, que van desde el aprendizaje, el razonamiento y la comprensión de ideas complejas, como las normas.
La IA se encuentra en una amplia gama de aplicaciones empresariales, que van desde la implementación de robots con Inteligencia Artificial integrada hasta asistentes virtuales impulsados con IA. Algunos ejemplos notables incluyen:
Esta es una de las aplicaciones más notables de esta tecnología en el ámbito empresarial, puesto que las organizaciones que adoptan robots con IA se colocan en una posición de ventaja frente a su competencia.
Estos robots no solo realizan tareas físicas, como la fabricación en entornos industriales, sino que pueden interactuar con los humanos de manera inteligente, lo cual lleva a mejoras en la eficiencia y la seguridad en muchas industrias.
El NLP es la capacidad de las máquinas para comprender, interpretar y generar lenguaje humano de manera natural.
Las empresas utilizan el Procesamiento de Lenguaje Natural para analizar grandes cantidades de texto sin procesar, como correos electrónicos, comentarios de clientes o publicaciones en redes sociales.
La automatización de procesos es una aplicación de IA que impulsa la eficiencia operativa, simplificando actividades empresariales complejas, lo que conlleva ahorros significativos en tiempo y recursos.
Con la Inteligencia Artificial, las empresas pueden automatizar tareas repetitivas y basadas en reglas, reduciendo los errores humanos. Un ejemplo de este uso lo encontramos en la automatización de pagos de nómina, proceso que es especialmente beneficioso en áreas de contabilidad y la gestión de personal.
Existen diversas soluciones disponibles, desde programas de aprendizaje automático hasta chatbots de Inteligencia Artificial que mejoran la comunicación con los clientes. La elección del software de Inteligencia Artificial adecuado dependerá de las necesidades y los objetivos específicos de cada empresa.
En el caso de que se quiera concebir nuevos productos y servicios, así como potenciar la calidad de los ya existentes, la Inteligencia Artificial es una gran aliada para asegurar la competitividad sostenida en el mercado. Esto sirve como fomento a la innovación organizacional.
El aprendizaje automático o aprendizaje computacional —una rama de la IA— se emplea para predecir patrones a partir de datos históricos y generar pronósticos para comportamientos futuros, debido a su capacidad de analizar información masivamente y en tiempo real.
Esto es esencial en la toma de decisiones estratégicas, como la planificación de inventario, la gestión de la demanda, encontrar tendencias de comportamiento de los trabajadores, clientes y usuarios, además de la anticipación de cambios en el mercado.
También se puede usar en la asistencia para muchas áreas empresariales, como en marketing, para la personalización de contenido y en el desarrollo organizacional, donde tiene amplios usos:
Aquí hay algunos consejos para ayudar a tu empresa a incluir la IA a sus operaciones:
Considera que esta preparación incluye la capacitación en nuevas habilidades, la adaptación a los cambios en los procesos de trabajo y la comprensión de cómo la IA puede potenciar las capacidades humanas.
En relación con esto último, es fundamental subrayar que la inteligencia artificial no está diseñada para reemplazar al talento humano, sino para trabajar en conjunto con él y así potenciar la eficiencia y productividad.
Mientras eso ocurre, y a medida que la IA se vuelve más sofisticada, es probable que su impacto en las empresas sea aún más significativo.