“Liderar es un privilegio. Es una tarea formadora para el líder y para los colaboradores.”
Libro: “Hacia el alto desempeño: estrategias y tácticas del liderazgo”
Sebastián Machado Malbrán.
La creación de equipos de alto rendimiento es un desafío constante en el entorno empresarial actual. Estos equipos no solo impulsan la eficiencia y la productividad, sino que también generan un entorno colaborativo y motivador.
En este artículo, exploraremos las claves fundamentales para construir equipos de alto rendimiento que sean capaces de enfrentar desafíos, alcanzar metas ambiciosas y contribuir al éxito sostenible de la organización.
¿Qué es un equipo de alto desempeño?
La noción de un equipo de trabajo es familiar para la mayoría de nosotros, ya sea porque la entendemos de manera intuitiva o porque tenemos alguna formación en estos temas.
Sin embargo, en tiempos recientes la transición de equipo de trabajo a equipo de alto rendimiento se ha vuelto cada vez más importante.
En el libro “Hacia el alto desempeño: estrategias y tácticas del liderazgo”, Sebastián Machado Malbrán explora las características fundamentales de los Equipos de Alto Rendimiento (EAR) o Equipos de Alto Desempeño (EAD).
Según él, la presencia de victorias consistentes en la trayectoria del equipo es una señal clara de su alto desempeño. Estas victorias pueden ser objetivos cumplidos, metas alcanzadas o logros que muestran la eficacia y el impacto del equipo.
Además, asegura que “otro de los factores clave es la alineación interna del equipo, que los hace entender que la competencia está fuera de la compañía, no dentro de ella”. Al evitar rivalidades internas, los equipos pueden dedicar su energía y recursos a superar desafíos externos y alcanzar resultados notables.
Cómo gestionar equipos de alto rendimiento
Sobre este tema, el autor Pedro García, en su libro “El arte de la ejecución en equipos de alto desempeño”, desarrolla una serie de estrategias para llevar a nuestros equipos de trabajo a convertirse en equipos de alto desempeño. Aquí tomamos las más importantes:
Enfoque en las personas
El liderazgo exitoso en equipos de alto rendimiento va más allá de simplemente asignar tareas y verificar su cumplimiento.
Por tanto, la adopción de un estilo de liderazgo equilibrado entre las responsabilidades y el bienestar de los individuos, ayuda a cultivar un equipo comprometido, generando resultados excepcionales con trabajadores que disfrutan de su labor.
El autoconocimiento como herramienta
El autoconocimiento es esencial para los líderes y los miembros del equipo, ya que esto promueve la mejora interna en lugar de culpar a factores externos.
Una forma de conocer los talentos y competencias de los colaboradores es la evaluación CliftonStrengths de la consultora Gallup, en la cual se pueden identificar las fortalezas de los miembros del equipo, para potenciar los talentos individuales y hacer que cada miembro contribuya de manera única y valiosa.
Invertir en desarrollo y formación
La capacitación y el desarrollo continuo son esenciales para mantener equipos de alto rendimiento.
Como líderes de capital humano, proporcionar oportunidades para adquirir nuevas habilidades y mantenerse actualizados es una tarea que no debe dejarse de lado.
Toma de decisiones grupales
Los equipos de alto rendimiento promueven una toma de decisiones equilibrada entre las perspectivas individuales y grupales.
La diversidad de pensamiento es un activo valioso, ya que diferentes estilos de pensamiento pueden impulsar grandes ideas, a la vez que prever escenarios y eventos inesperados.
La retroalimentación importa
En un entorno centrado en las personas, el feedback constructivo es esencial. En este sentido, la dirección de equipos de alto rendimiento se preocupa por dar sugerencias claras y prácticas para abordar debilidades individuales o desafíos del equipo.
Esta perspectiva de trabajo ayuda a impulsar la productividad y el crecimiento continuo.
El poder de la planificación y la comunicación efectiva
La planificación sólida, así como una comunicación clara, son los cimientos de los equipos de alto rendimiento.
Por un lado, una planificación cuidadosa, que incluya un alcance claro y definido, considerando recursos, necesidades y plazos, establece una base para el éxito.
Por el otro, la comunicación clara, respaldada por números, fechas y tiempos, facilita la alineación y la comprensión.
En resumen, al formar equipos de alto rendimiento dentro de las organizaciones, la inclusión de estas estrategias en la gestión de equipos puede revolucionar la dinámica interna, guiándolos hacia un entorno en el que la respuesta se halla en el esfuerzo colectivo.
En definitiva, el liderazgo de equipos de alto rendimiento es un arte que requiere un enfoque estratégico y una comprensión profunda de cómo motivar, guiar y empoderar a los miembros del equipo para lograr resultados excepcionales.